Por Salvador Altamirano/Zunoticia
Huejutla, Hgo. – Vecinos de la ciudad manifestaron que en el libro titulado “El Reloj de mi Pueblo”, cuya autoría es de Carlos Rodríguez Reyes, hay una relación de 96 habitantes de la antigua Villa de Huejutla que en el año de 1908 colaboraron para que se adquiriera la maquinaria que en años fue el “gallo despertador” del antiguo morador, cuyo costo fue de $3,000.00.
Agregaron que, de igual manera, la construcción de la torre debió de haber tenido un costo en material y mano de obra, que, aunque fue de carácter local, lo más importante es el valor histórico que para muchos huejutlenses contemporáneos tiene, además de que es un icono de la población.
Por tal motivo, quien se identificó con el nombre de Marcelino Ríos García, refirió que por tal motivo los habitantes de ahora deben de hacer otra colecta ciudadana para mandar a construir y colocar la puerta de herraje que falta en uno de los accesos de la centenaria atalaya, para evitar que siga siendo utilizada como dormitorio por beodos y sitio para realizar necesidades fisiológicas, ya que no se construyó para sanitario.
Para concluir, subrayó que el reloj de mi pueblo, como tituló su libro Carlos Rodríguez, fue y sigue siendo una obra monumental, que tiene en su maquinaria dos carrillones que interpretan las singulares notas del Himno Nacional, que enaltece la identidad del mexicano y la canción de El Cantador, de Nicandro Castillo Gómez, que es una invaluable joya del folclore regional.
