Por Esmeralda Vargas / Zunoticia

Tianguistengo, Hgo._ En el municipio de Tianguistengo, el Día de Todos Santos se vive como un momento de reflexión y solemnidad, según el cronista local Heriberto Gutiérrez, “en Tianguistengo es una actividad que se realiza con mucha paz y tranquilidad; son días de guardar”. En estas fechas, las calles del pueblo se presentan inusualmente vacías, ya que muchas familias optan por quedarse en casa, respetando la tradición y recordando a sus seres queridos.

El 1 de noviembre, las familias tianguistengenses reciben a sus fieles difuntos con una serie de rituales que honran la memoria de quienes han partido, se elabora un camino de pétalos de flor de cempasúchil que se extiende desde el altar familiar hasta la calle más cercana, guiando así a los espíritus hacia el hogar.

Los aromas del incienso llenan el ambiente mientras las familias prenden copaleros y lanzan cohetes en señal de bienvenida, las ofrendas son un elemento central de la celebración; se preparan platos especiales que incluyen un jarro de chocolate tradicional, acompañado de un marquesote, y al mediodía se ofrendan mole con arroz o platillos favoritos de los difuntos. “Algunas familias colocan más incienso y echan cohetes al momento de poner la comida”, destaca Gutiérrez, reflejando la riqueza y el respeto que caracterizan estas tradiciones.

En Tianguistengo, el Día de Todos Santos no sólo es una fecha en el calendario, sino un momento sagrado que refuerza los lazos familiares y culturales, recordando a quienes ya no están y celebrando la vida en comunidad.