Por Gabriela Hernández/Zunoticia

Huejutla, Hgo.- Algunos motociclistas viajan solos, otros con un familiar o amigo, pero también hay quienes de manera imprudente viajan en grupos de tres, incluyendo a menores de edad.

En Huejutla este tipo de imágenes continúan siendo comunes a pesar del riesgo que representa, no nada más para los niños, sino también para los adultos.

Las cámaras de Zunoticia pudieron captar a una familia de tres que circulaba sobre la carretera Huejutla – Chalayuiyapa de esta ciudad, donde se observó que solo un tripulante viajaba con casco y además, transportaban a un pequeño en brazos durante todo su recorrido hasta llegar a la calle Yucatán, de la colonia 05 de Mayo.

Y es que las unidades están diseñadas para transportar máximo a dos personas, por lo que exceder el número de pasajeros y el peso, sumado al exceso de velocidad, puede ser una combinación mortal, sumado a que circulan con el teléfono en mano, mensajeando y respondiendo llamadas.

El transportar a menores de edad en moto es uno de los peores errores que un motociclista puede cometer, pues aumenta el riesgo de sufrir accidentes severos, también se pudo observar cómo el motociclista rebasaba por la derecha, lo cual es una falta al Reglamento de Tránsito, el cual acredita infracción por parte los elementos de Tránsito Municipal, ya que con esta acción se puede ocasionar algún accidente, y aunque a la derecha es circulación continua, el rebasar está prohibido.

Pero no se trata sólo de opiniones, ya que el reglamento de Tránsito es claro, los motociclistas tienen prohibido transportar a pasajeros menores de 12 años, sin embargo, es muy común que los adultos transporten a los niños de esta forma.

Por si fuera poco, varios viajan sin portar casco, algo que también es obligatorio de acuerdo a la ley. En ese sentido es necesario que las autoridades implementen operativos para evitar que los menores sean transportados en moto, además de que se porten los elementos de seguridad y que respeten las normas de Tránsito que ya se conocen, pues la ciudadanía sigue ajena a las consecuencias.