2025-12-03 00:26:20

Hidalgo consolida modelo incluyente en áreas naturales con sendero accesible

Por Redacción/Zunoticia

Pachuca de Soto, Hgo.- Quien llega por primera vez a Mineral del Chico suele encontrarse con un bosque majestuoso: aire frío que huele a tierra húmeda, pinos que murmuran con el viento y una neblina suave que baja entre las montañas como si quisiera envolverlo todo. 

En apariencia, es un territorio reservado para quienes pueden sortear suelos irregulares y pendientes naturales. Pero basta internarse unos metros para descubrir que la naturaleza también puede ser un espacio donde caben todas las personas.

Ahí, en el campamento para visitantes del Parque Nacional El Chico, se despliega el sendero accesible, un proyecto que redefine la manera de disfrutar un área natural protegida en un estado donde la inclusión es un referente.

Un camino que abre posibilidades

El trayecto, cuyo recorrido abarca unos 800 metros, es más que una ruta: es una invitación. Con aproximadamente 2.5 metros de ancho, permite que visitantes con movilidad reducida, personas usuarias de silla de ruedas, adultos mayores, infantes y quienes viven con discapacidad visual puedan disfrutar de un paseo seguro, fluido y amable, donde el bosque deja de ser un desafío para convertirse en un aliado.    

Desde hace cinco años, Hidalgo apostó por un modelo inclusivo que permitiera un acercamiento más significativo a uno de los entornos naturales más emblemáticos de la entidad. Desde entonces, gracias al trabajo conjunto de la Secretaría de Turismo de Hidalgo, la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales de Hidalgo (Semarnath), así como la administración federal del Parque Nacional El Chico, confirman que esta modalidad de turismo no es solo posible, sino necesaria.

Diseño que respira con el entorno

El sendero inicia con una superficie sólida de madera, cálida al tacto y firme bajo los pies o las ruedas. Conforme avanza el trayecto, el piso se transforma en trozos de madera suave que respetan la dinámica del bosque sin poner en riesgo la estabilidad de quienes lo recorren.

Cada paso —cada impulso de rueda, cada apoyo en bastón— encuentra continuidad sin obstáculos.

A lo largo del camino, cables guía tensados con precisión ofrecen orientación para personas con discapacidad visual. Basta rozarlos para sentir una ruta clara, independiente, sin sobresaltos, que acompaña sin imponer y que permite avanzar con seguridad.

Un descanso en el corazón del bosque

Hacia la mitad del trayecto emerge un espacio amplio y cómodo, diseñado para detenerse, respirar y contemplar. Es un recordatorio de que respetar el ritmo de cada persona es importante; que avanzar no siempre significa moverse rápido, y que la pausa también forma parte del camino. 

Desde ahí, se escucha el bosque en su plenitud: el canto de las aves, el roce de las hojas y esa quietud que inspira respeto y agradecimiento. Para muchos, este punto se convierte en una experiencia emocional más que física.

Un proyecto que seguirá creciendo

Aunque el sendero ya ilumina la experiencia de visitantes locales y turistas, lo que se observa es la primera etapa de un proyecto que aspira a extender su recorrido y ampliar su cobertura. 

La visión es clara: permitir que más personas, sin importar sus capacidades físicas, puedan conectar con la naturaleza. 

Es por eso que el sendero ha sido reacondicionado recientemente, parte de un compromiso de mejora continua que incorpora la retroalimentación de visitantes, especialistas y comunidades locales. Es una infraestructura viva, en evolución constante, igual que el bosque al que acompaña.

La accesibilidad como parte del paisaje

Aquí, caminar —o rodar— por el sendero es comprender que la inclusión puede integrarse al entorno sin interrumpirlo. Que un área natural protegida puede ser disfrutada por todas las personas sin renunciar a su esencia.

En un país donde aún son incipientes los espacios naturales verdaderamente accesibles, Mineral del Chico demuestra que es posible otro modelo de turismo, una prioridad que ha marcado el gobernador Julio Menchaca Salazar desde el inicio de su gobierno.

Aquí, la montaña no pone condiciones, por eso la invitación es amplia y generosa. En este lugar, la naturaleza se volvió un derecho compartido. Y mientras las siguientes etapas del proyecto se preparan para tomar forma, una idea queda sembrada, lo verdaderamente natural es que la accesibilidad sea parte del paisaje.

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