Tianguis de Aquismón lo que fue y ahora es

  • El tianguis de Aquismón, creado por el paso de los arrieros y comerciantes, sobrevive, cada día más disminuido, pero ahí sigue.

Por Redacción/Zunoticia

Aquismón, S.L.P.- Ya no existe nadie que recuerde cómo era un tianguis en este poblado antes de 1936, el año fatal en el que todo cambio, en el que la vida de la huasteca potosina ya no fue igual; todo debió de modificarse, porque a sólo cuatro kilómetros de esta población quedó el trazo de la moderna carretera nacional México a Laredo.

Los arrieros, que llevaban la mercancía en tránsito desde la Sierra Gorda de Querétaro e Hidalgo, que pasaban por Aquismón, desaparecieron porque, en un camión se podía transportar lo de diez mulas y en pocas horas, ya estarían en Ciudad Valles, para hacer el traslape al ferrocarril.

Camino de herradura en El Cañón, Xilitla, entre Huichihuayán y Aquismón.

Pero quedaron los tianguis, y uno de ellos, es el de Aquismón, a donde bajan a hacer sus compras desde la sierra alta de este municipio, otros más de Xilitla por su cercanía y algunos más de Querétaro.

A mediados del siglo XIX y antes de 1890, previo a la llegada del ferrocarril a la huasteca, el tránsito de mercancía, desde la huasteca a la zona media y altiplano potosino, se hacía por medio de arrieros; interminables filas de asnos, mulas y caballos, desde la sierra alta de Xilitla, partían hacia lugares lejanos como Alaquines y Cerritos; el paso era por Aquismón, donde se hacía un tianguis, otro más en Tantizohuiche, donde se pernoctaba antes de hacer el cruce del río y el siguiente era en Buenavista, municipio de Ciudad Valles, a donde acudían los habitantes de este poblado a hacer sus compras y los tenderos a abastecerse.

El tianguis de Aquimón, es uno de los más importantes.

Al no haber tren ni carreteras, el intercambio de mercancía se hacía de esta forma, el altiplano potosino disfrutaba del aromático café, endulzado con piloncillo, gracias a este medio de transporte y a su vez, los huastecos podían hacerse de herramientas forjadas en los reales y así hacer más fácil su labor, pero igual telas, granos, lácteos, hierbas, todo lo que pudiera comercializarse se transportaba.

Pero llegó el tren y ya no hubo necesidad para los arrieros de cruzar por el Abra de Caballeros hacia San Nicolás de los Montes, ahora, este trayecto, hasta la capital del Estado, lo hacía el ferrocarril; y cuarenta y seis años después, la carretera dio fin a este transitar.

Algunos caminos de herradura, aún se siguen transitando convertidos en carreteras asfaltas, otros más han desaparecidos y no ha faltado quien se apropiara de estas largas extensiones; así por ejemplo aún existe un tramo entre San Pedro de las Anonas y Tantizohuiche.

El tianguis de Aquismón, creado por el paso de los arrieros y comerciantes, sobrevive, cada día más disminuido, pero ahí sigue.

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