- “Estamos acostumbrados a pensar que el poder es del Estado, que lo ejerce una persona para hacer cumplir la ley, pero también hay poder en las comunidades”, precisó Luz María Enriqueta Cabrero.
Por Marcos Sánchez Francisco/Zunoticia
Coxcatlán, S.L.P.- Al participar en un conversatorio por el Día Internacional de la Mujer Indígena, la magistrada del Supremo Tribunal de Justicia del Estado, Luz María Enriqueta Cabrero Romero, ofreció una profunda reflexión sobre los conceptos del poder, derecho e igualdad, destacando su significado más allá del ámbito institucional y su presencia viva en las comunidades originarias del estado.
La presidenta de la Comisión de Justicia para los Pueblos Originarios del STJE, hizo un llamado a repensar la noción tradicional de poder, comúnmente asociada al Estado y al ejercicio de autoridad formal, “estamos acostumbrados a pensar que el poder es del Estado, que lo ejerce una persona para hacer cumplir la ley, pero también hay poder en las comunidades, en las mujeres que defienden su territorio, su espiritualidad y su forma de vida”, expresó.
Puso como ejemplo a las mujeres tének que lograron proteger al río Tampaón, a las mujeres náhuatl que han creado cooperativas de bordado para generar independencia económica, y a mujeres wirárikas que han luchado por preservar los terrenos sagrados del cerro de Wirikuta, “esto también es poder, el poder de traer un tanque de agua a la comunidad, de organizarse y cumplir con los deberes comunales”, señaló.
En cuanto al derecho, la magistrada cuestionó la visión limitada que lo reduce a lo que está escrito en español y en leyes formales, “el derecho también está en las asambleas comunitarias, en la lengua materna, en la exigencia de que alguien cumpla con una tarea colectiva, aunque no esté en papel ni en castellano, sigue siendo derecho”, afirmó.
Sobre la igualdad, Cabrero Romero puntualizó que no se trata de que “todos seamos iguales”, sino de reconocer las diferencias para poder equilibrarlas.
“La igualdad no es dar lo mismo a todos, sino poder el piso parejo, a unos habrá que rasparles y a otros rellenarles para que estemos en condiciones similares. Para eso primero hay que conocer las diferencias, y para conocerlas, hay que ir y escuchar”.
Finalmente, sintetizó su mensaje en una advertencia, “el poder sin derecho es una arbitrariedad, el derecho sin igualdad es letra muerta y la igualdad sin comprensión de las diferencias, no es una verdadera igualdad”.