Huejutla, Hidalgo.- El Frente Democrático Oriental de México “Emiliano Zapata” filial del Frente Nacional de Lucha por el Socialismo (FDOMEZ-FNLS), conmemoró este 21 de enero el 41 aniversario luctuoso de campesinos, quienes ofrendaron su vida en la justa lucha por la recuperación de la tierra que se encontraba acaparada en manos de caciques.
Matías Flores, vocero de la citada organización independiente en la Huasteca, indicó que durante este día se conmemora el aniversario luctuoso de la masacre cometida en contra de los compañeros: Guadalupe Moreno Lorenzo, Gerardo de la Cruz Cortés, Modesto Hernández Martínez y Ceferino Martínez Hernández, crimen ejecutado por los caciques sanguinarios de la región en contubernio con los tres niveles de gobierno, hecho que permanece en la impunidad porque los responsables materiales e intelectuales jamás fueron castigados.
Este 21 de enero se cumplen 41 años de que nuestros compañeros ofrendaron su vida en la justa lucha por la recuperación de la tierra que se encontraba acaparada en manos de caciques “crimen que a la actualidad permanece sin castigo, tiempo y espacio en el que las comunidades organizadas no olvidamos ni perdonamos.
En la memoria colectiva existe la experiencia dolorosa del alto costo que significó resolver en la vía de los hechos la necesidad de tierra para vivir y trabajar, necesidad que hoy llama a redoblar esfuerzos en la lucha por su defensa, debido a que existen una serie de políticas gubernamentales que amenazan la posesión ejidal y comunal de la tierra y llaman a la creación de nuevos latifundios”.
Subraya que la exigencia de juicio y castigo a los responsables materiales e intelectuales de los crímenes de ayer y hoy es una demanda pendiente que los pueblos organizados enarbolamos y mantenemos presente sin importar los límites sexenales.
La lista de víctimas por la lucha y defensa de la tierra en la Huasteca es larga, en la misma proporción se encuentra la impunidad que garantizan las instituciones gubernamentales encargadas de impartir justicia.
Señala que la defensa de la legítima posesión de la tierra en nuestro país y en la región persiste porque empresas nacionales y extranjeras fincan sus intereses en este medio de producción, en algunos casos para la agroindustria, extracción de minerales o el establecimiento de megaproyectos para el desarrollo capitalista, en otros, para la construcción de proyectos inmobiliarios.
En ambos casos, quien padece las peores consecuencias son los trabajadores del campo quienes se ven amenazados de ser despojados y desplazados de sus lugares de origen.
Expone que la objetivación de los planes empresariales conduce a amplias masas campesinas a un proceso acelerado de proletarización material, es decir, son condenados a abandonar sus ejidos o comunidades para emplearse en las grandes ciudades o en los campos agrícolas con un salario de hambre.
En otros casos, la expulsión de familias completas de sus núcleos poblacionales es por la violencia institucional, desplazamiento forzoso que abona a la acumulación y centralización de la tierra en manos privadas.
Detalla que el Estado mexicano en lugar de resolver la añeja demanda de tierra, responde con la represión, hostigamiento, materializados en la actualidad en la prisión por motivos políticos, la persecución política, entre otras violaciones graves a los derechos humanos; en todo el país hay testimonio del cometido de estos atropellos contra quien defiende sus derechos y libertades políticas.
En Chiapas, nuestros compañeros Javier González Díaz, Armando Hernández Sánchez, Venturino Torres Escobar y Asunción Gómez Sánchez, así como Leobardo Reyes Meza en Michoacán, son el fiel ejemplo de la utilización perversa de la ley para criminalizar, incriminar y judicializar la lucha y la defensa de la tierra, así como la actitud congruente de luchar por la superación del régimen oprobioso; todos ellos son presos políticos para castigar su pertenencia a la organización independiente.
Comenta que el caso de los compañeros Javier, Armando, Venturino y Asunción; expresa el carácter punitivo de las instituciones judiciales que violan todo procedimiento cuando se trata de castigar a un luchador social, en este caso luchadores por mejores condiciones de vida y la superación cualitativa del régimen oprobioso.
El proceso judicial en el que se encuentran los casos y la existencia de jueces penales advierten un desenlace incierto, si a pesar de su inocencia llevan más de un año en prisión injusta, ¿cuánto falta para que la fiscalía del estado decrete libertad incondicional o se cebe contra su integridad a través de fallos condenatorios?.
“Ocho compañeros de Techimal, Tianguistengo, Hidalgo, se encuentran en la misma situación, el Juzgado de Zacualtipán, vinculó a proceso por despojo y daños a la propiedad, de un plumazo desechó los 38 años de posesión, aunado a eso, se les impuso medidas cautelares favoreciendo al supuesto dueño del predio Tepehuitzisco.
Castigar al pueblo organizado es una consigna, de forma violenta y con artilugios leguleyos maniobran para despojar los del derecho que les corresponde, el cual se ha ganado con la lucha organizada de forma independiente y con la vida de varios hijos del pueblo”.
Abunda que en la región Huasteca, un grupo de desclasados regurgitan una serie de vituperios que rayan en lo absurdo mediante un perfil de Facebook, pues su nimiedad intelectual no les alcanza para otra cosa más que elucubrar acontecimientos que jamás sucedieron, con ello; pretenden allanar al camino del cometido de más crímenes atroces contra las masas organizadas, cuales resentidos sociales, proporcionan nombres sin atender que con ello colocan en el blanco de la represión a compañeros comprometidos en la lucha.
Concluye citando que a 41 años de exigencia de justicia por los compañeros caídos, la lucha se mantiene firme por la tierra, su defensa y el socialismo; el hostigamiento, la criminalización y estigmatización no cumplirán su objetivo, porque nuestra lucha se alimenta en las condiciones oprobiosas a las que nos condena este sistema de iniquidad social; la demanda de presentación con vida y la libertad de los presos políticos son una necesidad ineludible a la que no vamos a renunciar.
Por Enedino Hernández