Huejutla, Hgo.- Soy orgulloso de mis raíces Huastecas, nací aquí en mi Huejutla querida, rica en tradiciones, costumbres y heredera de una gran historia. Su fundación como ha quedado escrito en los anales de la historia, data del Siglo XVI, somos el producto de la herencia de la mezcla de muchas razas, de los aztecas que conquistaron a los huastecos, de los españoles que llegaron a conquistar la Gran Tenochtitlán, que en aquellos años de las encomiendas se distribuyeron a lo largo y ancho de nuestro territorio nacional actual. También a nuestra Huasteca otrora altiva y productiva, llegaron extranjeros de orígenes alemanes, ingleses, franceses y hasta algún japonés como el Sr. Nazaro, que se quedaron a vivir en ella, cautivados sobre todo por su exuberante belleza natural y por supuesto haberse enamorado de tal manera que decidieron establecerse para formar una familia.
Recuerdo lo que me contaba mi abuelo, que desde muy pequeño tuvo que trabajar, siendo su principal oficio el de arriero, ocupación que le permitió recorrer y andar por los caminos de herradura que comunicaban los pueblos huastecos y serranos. Él creció entre milpas, extensos cañaverales, huertos de mangos, limones y naranjos, cultivo que hasta éstas fechas es uno de los principales de nuestra región y cuyo potencial no ha sido aprovechado totalmente.
Es sin duda Huejutla, un lugar privilegiado en vegetación y clima, ( aunque a muchos no les guste el calor), en fauna y recursos naturales como el agua, la tierra, el aire y por si eso fuera poco, hasta en petróleo, riqueza nacional que no se ha explotado aún y forma parte de la Reserva de la Cuenca de Chicontepec. Por todo esto, los habitantes de esta ciudad, originarios, residentes, por adopción, gobernantes, autoridades y visitantes, deben asumir el compromiso por preservarla majestuosa, magnífica, por ser nuestra casa.
En la historia del municipio de Huejutla de Reyes, han pasado tristemente muchas autoridades, elegidas por los ciudadanos, gobernantes que han tenido varios intentos en lograr que Huejutla pueda ser considerado Pueblo Mágico, para con ello tener acceso a mayor presupuesto en turismo que por fin pueda detonar el potencial con que se cuenta en ese rubro. Es preciso acotar que Alfredo San Román Duval intentó incluirlo dentro de los Pueblos Mágicos sin lograrlo, ¿y porque razón? Simplemente porque se requiere de cumplir con muchos requisitos y la participación de la gente, que muchas veces es apática a éste tipo de iniciativas. A través de los esfuerzos de otras instancias y por iniciativa del actual gobernador del estado, Huejutla está considerado Pueblo Con Sabor, denominación que se logró más que nada por las riquezas culturales y gastronómicas que aquí existen.
Huejutla sigue padeciendo de los mismos males de antaño, ríos contaminados por descargas residuales a cielo abierto, plantas de tratamiento inoperantes y/o obsoletas, basura, contaminación visual y auditiva, un sistema deficiente de recolección de basura y disposición final de los residuos, todo ello al no contar con un verdadero Relleno Sanitario, moderno y con tecnología que ayude a minimizar el impacto ambiental, donde el reducir, reciclar y reutilizar sean la práctica cotidianade de todos los habitantes de la localidad, que además genere empleo, algo tan urgente y necesario, como históricamente ha sido, ya que no sólo Huejutla sino toda la región Huasteca carece y continúa siendo exportadora de mano de obra.
Otro de los graves problemas es el comercio informal que genera ambulantaje, afecta la movilidad y es un generador de residuos contaminantes. Está claro, la responsabilidad es de todos, frase muy trillada de muchos gobernantes, a la vez muy cierta, Huejutla y la Tierra, nuestro planeta, son la casa de todos y todos debemos cuidarlo.
Si se sigue en el mismo derrotero, los resultados positivos difícilmente se lograrán, se requiere de un gran compromiso y que nuestros gobernantes enfrenten con decisión los problemas que están a la vista de propios y extraños. Esta flamante administración que inició el quince de diciembre del año pasado tiene esa gran oportunidad, de darle al municipio y no solo a esta ciudad, un rumbo distinto, con desarrollo y que sea atractiva para las inversiones, que se generen empleo y con ello, de una vez por todas Huejutla sino es Pueblo Mágico, algo todavía muy lejano, al menos consolide su economía y se mejoren las condiciones sociales de sus habitantes.
Empero, no es sólo una obligación de las autoridades, en todos los niveles, es también una obligación de sus habitantes, que con su participación y acciones podrán lograr el objetivo de ofrecer un futuro mejor a las generaciones que vendrán.
Ya no se trata de seguir prometiendo ni comprometiendo, es tiempo de ocuparse y consolidar el proyecto que un día alguien pensó y tal vez no para acceder únicamente a los recursos económicos que dicha denominación ofrece, sino para lograr rescatar a Huejutla del deterioro ambiental, las malas prácticas tan arraigadas como la apatía, el personalismo y terminar con el rezago social en que se vive.
Si eso pasa, con recursos extraordinarios o no, un día tal vez Huejutla podrá ser el Huejutla Mágico y Verde, todo ello para proyectarlo a niveles nacionales e internacionales, y que por fin logre detonar exponencialmente sus atractivos naturales, turísticos y culturales.
Todos sin embargo, deben hacer su parte, los habitantes desde su vida cotidiana y andar por calles, caminos y veredas con pequeñas acciones como son no tirar basura, separar los residuos, reciclar, reutilizar y reducir, usar menos el auto, ocupar la bicicleta como medio de transporte, preferir el transporte colectivo, reforestar y en medida de lo posible de acuerdo a sus condiciones económicas, utilizar energías limpias como la eólica o la solar, cambiar sus lámparas domésticas para reducir el efecto en el ambiente. A los gobiernos municipal, estatal y federal crear programas que incentiven a esas buenas prácticas, con reglas de operación claras, con promoción y también subsidios a la población en general, logrando con ello vivienda sustentable y amigable al entorno que en conjunto logre que Huejutla, sino es Pueblo Mágico, al menos recupere esa característica de Ciudad Verde, para de esta manera poder dejar un mejor legado a las generaciones futuras.
Es tiempo de hacerlo ya. Finalmente quiero concluir con un dicho de la sabiduría popular, “Lo que al tiempo se deja, al tiempo se le queda“. La oportunidad es hoy. Huejutla lo merece y nosotros lo necesitamos. De lo Mágico un día nos tocará hablar. Por lo pronto, primero lo primero.
Recuerdo lo que me contaba mi abuelo, que desde muy pequeño tuvo que trabajar siendo su principal oficio el de arriero, ocupación que le permitió recorrer y andar por los caminos de herradura que comunicaban los pueblos huastecos y serranos. El creció entre milpas, extensos cañaverales, huertos de mangos, limones y naranjos, cultivo que hasta éstas fechas es uno de los principales de nuestra región y cuyo potencial no ha sido aprovechado totalmente.
Es sin duda Huejutla, un lugar privilegiado en vegetación y clima, ( aunque a muchos no les guste el calor), en fauna y recursos naturales como el agua, la tierra, el aire y por si eso fuera poco hasta en petróleo, riqueza nacional que no se ha explotado aún y forma parte de la Reserva de la Cuenca de Chicontepec. Por todo esto, los habitantes de esta ciudad, originarios, residentes, por adopción, gobernantes, autoridades y visitantes deben asumir el compromiso por preservarla majestuosa, magnífica, por ser nuestra casa.
En la historia del municipio de Huejutla de Reyes, han pasado tristemente muchas autoridades, elegidas por los ciudadanos, gobernantes que han tenido varios intentos en lograr que Huejutla pueda ser considerado Pueblo Mágico, para con ello tener acceso a mayor presupuesto en turismo que por fin pueda detonar el potencial con que se cuenta en ese rubro. Es preciso acotar que Alfredo San Román Duval intentó incluirlo dentro de los Pueblos Mágicos sin lograrlo, ¿y porque razón? Simplemente porque se requiere de cumplir con muchos requisitos y la participación de la gente, que muchas veces es apática a éste tipo de iniciativas. A través de los esfuerzos de otras instancias y por iniciativa del actual gobernador del estado, Huejutla está considerado Pueblo Con Sabor, denominación que se logró más que nada por las riquezas culturales y gastronómicas que aquí existen.
Durante la administración municipal pasada, la de Raúl Badillo Ramírez, se dijo que Huejutla sería una Ciudad Verde, dónde las estrategias y el recurso formarían parte del respaldo que el actual alcalde Daniel Andrade Zurutuza, entonces diputado local impulsaría para concretarlo, esa tarea sigue pendiente.
Siguen pasando los años y las administraciones cambian pero Huejutla sigue adoleciendo de los mismos problemas sociales y urbanos. Nada de eso se ha conseguido, solo y tal vez lo único que se puede apreciar es el cambio de luminarias a tecnología led, ahorradoras y de mayor eficiencia, en los nuevos bulevares, lámparas con aprovechamiento de la energía solar; Huejutla sigue padeciendo de los mismos males de antaño, ríos contaminados por descargas residuales a cielo abierto, plantas de tratamiento inoperantes y/o obsoletas, basura, contaminación visual y auditiva, un sistema deficiente de recolección de basura y disposición final de los residuos, todoello al no contar con un verdadero Relleno Sanitario, moderno y con tecnología que ayude a minimizar el impacto ambiental, donde el reducir, reciclar y reutilizar sean la práctica cotidianade todos los habitantes de la localidad, que además genere empleo, algo tan urgente y necesario, como históricamente ha sido, ya que no sólo Huejutla sino toda la región Huasteca carece y continúa siendo exportadora de mano de obra.
Otro de los graves problemas es el comercio informal que genera ambulantaje, afecta la movilidad y es un generador de residuos contaminantes. Está claro, la responsabilidad es de todos, frase muy trillada de muchos gobernantes, a la vez muy cierta, Huejutla y la Tierra, nuestro planeta, son la casa de todos y todos debemos cuidarlo.
Si se sigue en el mismo derrotero, los resultados positivos difícilmente se lograrán, se requiere de un gran compromiso y que nuestros gobernantes enfrenten con decisión los problemas que están a la vista de propios y extraños. Esta flamante administración que inició el quince de diciembre del año pasado tiene esa gran oportunidad, de darle al municipio y no solo a esta ciudad, un rumbo distinto, con desarrollo y que sea atractiva para las inversiones, que se generen empleo y con ello, de una vez por todas Huejutla sino es Pueblo Mágico, algo todavía muy lejano, al menos consolide su economía y se mejoren las condiciones sociales de sus habitantes.
Empero, no es sólo una obligación de las autoridades, en todos los niveles, es también una obligación de sus habitantes, que con su participación y acciones podrán lograr el objetivo de ofrecer un futuro mejor a las generaciones que vendrán.
Ya no se trata de seguir prometiendo ni comprometiendo, es tiempo de ocuparse y consolidar el proyecto que un día alguien pensó y tal vez no para acceder únicamente a los recursos económicos que dicha denominación ofrece sino para lograr rescatar a Huejutla del deterioro ambiental, las malas prácticas tan arraigadas como la apatía, el personalismo y terminar con el rezago social enque se vive.
Si eso pasa, con recursos extraordinarios o no, un día tal vez Huejutla podrá ser el Huejutla Mágico y Verde, todo ello para proyectarlo a niveles nacionales e internacionales, y que por fin logre detonar exponencialmente sus atractivos naturales, turísticos y culturales.
Todos sin embargo deben hacer su parte, los habitantes desde su vida cotidiana y andar por calles, caminos y veredas con pequeñas acciones como son no tirar basura, separar los residuos, reciclar, reutilizar y reducir, usar menos el auto, ocupar la bicicleta como medio de transporte, preferir el transporte colectivo, reforestar y en medida de lo posible de acuerdo a sus condiciones económicas, utilizar energías limpias como la eólica o la solar, cambiar sus lámparas domésticas para reducir el efecto en el ambiente. A los gobiernos municipal, estatal y federal crear programas que incentiven a esas buenas prácticas, con reglas de operación claras, con promoción y también subsidios a la población en general, logrando con ello vivienda sustentable y amigable al entorno que en conjunto logre que Huejutla sino es Pueblo Mágico, al menos recupere esa característica de Ciudad Verde, para de esta manera poder dejar un mejor legado a las generaciones futuras.
Es tiempo de hacerlo ya. Finalmente quiero concluir con un dicho de la sabiduría popular:” Lo que al tiempo se deja, al tiempo se le queda“. La oportunidad es hoy. Huejutla lo merece y nosotros lo necesitamos. De lo Mágico un día nos tocará hablar. Por lo pronto, primero lo primero.
Colaboración de Kalli Arahv para Zunoticia.