Cuando uno anda en la ciudad de Huejutla cree que todos estamos en la sintonía de la preocupación de los problemas de casa, de los libros de texto, de la educación de los hijos, de la comida del medio día y la cena, o de la falta de algo tan simple como la tortilla o la masa. Pues no, en Huejutla cada quien vive en su mundo y no todos tenemos en mente caminar atendiendo las necesidades prioritarias de la casa, de la familia.
Lo que vimos ayer, en pleno bulevar central de Huejutla, requiere además de la explicación de expertos en materia de seguridad pública, protocolo de contención, manejo de crisis policiaca, el tema de patología criminal, el seguimiento de información que debe indicarnos cuales son los modelos del pensamiento ciudadano tras trastornos o esquemas inusuales que llegan a los extremos en las conductas.
Si bien tenemos la parte de los hechos judiciales, legales, policiales que nos sugieren la defensa, la actuación o la judicialización o penalización de las conductas, nos falta el tema del estudio criminal, temas de los que nadie explora o hace referencia pública. La conducta social ante acontecimientos como estos y otros que hemos tenido deben tener también una referencia de explicación formal sobre esta conducta social.
¿Qué pasó? Porqué un hombre agrede a uno, otro y otro sin tener un tope o freno de lo que está haciendo. El enajenamiento de la personalidad a que se debió. El desconocimiento de los hechos, nos muestra una cara de la sociedad y también el manejo tendencioso de la nueva inercia informativa, la sociedad es fácil llevada a reaccionar sin tener un contexto de análisis, solo lo que sus ojos le dejan ver.
Por eso se deben explorar otras latitudes en las formas de exposición de los hechos que viven las regiones, somos tan proclives a reaccionar o participar por lo que no sabemos, hablo de lo que sucede en redes sociales, los linchamientos erróneos de algunos nos llevan a apreciar la manera tan subjetiva como actuamos todos, la nueva modalidad nos ha vuelto tan participativos por qué se hace detrás de algo, en el que nadie nos ve qué hacemos y no somos sometidos a medir el nivel de conocimiento, de cada acontecer, solo es un clic o escribir una opinión y ya estas participando en la nueva modalidad.
Por eso mostremos más empatía como sociedad, tengamos mayor contexto de solidaridad entre todos; los ciudadanos nacemos con ese gesto inexplicable de buen ciudadano, de conducta buena, de valores que nos inculca la familia, pero cuando se suscitan estos hechos tan anormales como lo que observamos ayer en Huejutla, sin duda nos traslada a otros escenarios …………… Estamos en plena fiesta mexicana y mire que sufren aquellos que gustan ser partícipes de ir a sus plazas públicas al grito de ¡Viva México! Además del tradicional comercio de antojitos, de aguas frescas, y de todo lo que encierra nuestra gastronomía y cultura entrelazado con cada momento festivo de nuestro calendario, pero ese en especial es esperado.
Sin duda los que mayormente extrañan son los comerciantes, los que viven de vender sus productos como banderas y demás atuendos blanco verde y rojo que salen cada mes patrio, en este desde el año pasado, sin duda el impacto en la economía ha sido más que reflejado en los bolsillos de los ciudadanos, es en el mundo entero.
Los ayuntamientos celebran a distancia, con trasmisiones de su noche mexicana, más personalizada, y es que el momento que vive Hidalgo no es para menos, que difícil ha sido para los ciudadanos el tema del COVID -19, pero ahora a todos les ha impactado, la enfermedad se ha multiplicado de manera grotesca, y por supuesto, solo sabemos de los casos en los que alguien muere, pero de enfermos, muchos y algunos se curan en casa, solos con puro remedio casero.
Se volvió el COVID una enfermedad que llegó para quedarse, por eso viva su día a día como si fuera el último, porque nadie sabe si lo será, la muerte solo llega y se lleva al ser querido, estamos expuestos todos a ser parte de la estadística que es lo único que bien manejan las autoridades a su favor.