Le quedan dos años y medio al Presidente de México, Andrés Manuel López Obrador, para terminar su ejercicio de gobierno, y luego de 18 años de acusar públicamente a los ex presidentes de la república como Vicente Fox Quesada, Felipe Calderón y Peña Nieto de corruptos, al asumir el poder político, diríamos que es un asunto obligado entregarle al pueblo resultados contra la corrupción y esto tendría que ver primero con juzgar a los ex presidentes, como una prueba de su dicho.
Si el tiempo se va y no sucede nada, primero se comprobaría que efectivamente hay un “pacto político” con Enrique Peña Nieto como mucho se ha comentado por analistas serios, sino no pasa nada, la sociedad enojada ese voto que encumbró su triunfo era una señal que iba cautivado por resultados reales. Sin demeritar los buenos proyectos, que en el sur del país ya son una realidad y que la Marina de México y la SEDENA realizan; por supuesto el proyecto del nuevo Aeropuerto de Santa Lucía, entre otras.
Muchos mexicanos que buscaban encontrar un chip que en un nuevo gobierno federal marcara la diferencia, que presentara a culpables reales, no a que observáramos a las instituciones de justicia sin independencia, por el caso de Rosario Robles, mire que al final será un gran escándalo de abuso de autoridad y maniobras legales. No porque la señora esté limpia sino por que la mujer encubrió bien todo y la cadena a investigar era larga, antes de llegar con ella, pero se instaló la vía corta; pues el adeudo no es el tema de dinero, se trata de la traición política. Como fue en Hidalgo quitar a Gerardo Sosa Castelán de la línea del juego político en su momento, estaba AMLO informado del tema de Hidalgo en cuanto a la Universidad, pero además un sexenio tranquilo en Hidalgo bien vale la pena un estado; lo que más molestaba eran la ínfulas de que alguien se quisiera colgar del triunfo electoral, el intento de usar el triunfo de AMLO en Hidalgo, para una venganza contra el gobierno en turno, existiendo una propuesta de un bien superior para el futuro de Hidalgo. Lo que menos importa es el tema del dinero.
Es decir, si el problema fuera el contexto del dinero, ¿Cuántos tendríamos por dentro de los barrotes? Tendrían que haber realizado 10 prisiones exclusivas. El poder del estado mexicano es la información, el problema es que ahora los ciudadanos están informados. Esto no quiere decir informado por youtubers o focas aplaudidoras de un bando y otro, o medios que luchan por su interés, sino por información real y seria que sí circula.
Por eso muchos ciudadanos no sólo esperan obras, programas federales, justicia social, sino realmente terminar ese show de recuperar lo robado para los pobres, porque pobres siempre ha sido, abuso siempre ha existido, el pueblo siempre ha sido para quien se aprieta el cinturón. Hasta la hora que esta columna se escribe lo que no tenemos es justicia para los que afectaron el país y sino suceda nada, esos ciudadanos buscarán en otro lado lo que centralmente desean.
Entendamos que la molestia social no llegó sola, tiene metas y objetivos y mientras algunos aplauden, otros realmente aprecian lo que sucede, privilegios siguen existiendo, para los que están del lado de nuevo proyecto, de hegemonizar al país en la nueva corriente social que gobierna, ¿para estacionar otros cien años el poder en México? La preferencia para el presidente de México sigue siendo una ruta social sana, inimaginable para sus detractores que desean salir triunfantes, aun cuando Andrés Manuel López Obrador sigue siendo un iman político fuerte que mantiene su aura política …………… Se viene a la mente las palabras de Salinas de Gortari eso de política ficción, ¿es Andrés Manuel lo contrario de Salinas? La diferencia está en sus hechos, no solo en buenas intenciones, en gastarse el recurso público en obras que necesitamos los mexicanos y que efectivamente muestran drásticamente una ruta de mejoras en el bienestar social, porque eso es lo que hace un presidente, pero entonces hay un juego que no cuadra y esperemos que el tiempo del gobierno decida lo que les debe dar de dosis a los grupos conservadores, finalmente todo está en sus manos, el Senado de la República y el Congreso de la Unión.