2025-11-18 18:26:09

Elemental el rescate de la ecología en la huasteca

Por Enedino Hernández/Zunoticia

Huejutla, Hgo.- “Mi infancia la viví en la selva de la sierra Tlanchinolense, árboles gigantes ensombrecían el paso por las veredas hacia las comunidades, la flora y la fauna armonizaban sus notas musicales, en una sinfonía natural; las ramas crujían al mecerse los tanchos, gatos salvajes, mapaches, ardillas, y la presencia de zorros, monos, coyotes, conejos, cuachacales, ratones de campo, tejones, armadillos, jabalines, tigrillos, murciélagos, palomas, primaveras, chachalacas, cojolites, aves canoras, matraquitas, jilgueros, chicoyotes, serpientes, con rechinidos, gritos, cantos, silbidos, y el derrumbe de las aguas de las cascadas, se completaba la sinfonía de la selva, de mi querido y nublado pueblo, donde con frecuencia una llovizna día y noche hacía presencia por tres meses continuos; en cambio hoy vemos elementalmente que urge el rescate de todo el aspecto ecológico en la huasteca”.
El profesor Nahúm Ortega Camargo, recuerda que con el tiempo llegó a emprender el vuelo, “caminé por 12 horas para llegar a la hermosa ciudad de Huejutla, la que no poseía más de cinco barrios; imposible no admirarse que las broncas cascadas que dejé en mi pueblo, se convirtieron en agua mansa que como una chirrionera gigante se arrastraba por las ligeras cañadas, llevando peces de buen tamaño para la deliciosa comida en una familia, enormes pastizales con ganado de distintas clases, milpas con elotes gigantes, naranjas dulces y deliciosas, árboles de sombra que cobijaban a los bellos cafetales, anonas que se alcanzaban con la mano, pitayas rojas en lo alto de los árboles, un paraíso de la sierra huasteca”.
Subraya “las aguas transparentes y frescas de los ríos pareciera que invitaban a bañarnos en su caudal; los años pasaron y el desarrollo de la civilización fue paso a paso dejando desérticas a nuestras hermosas selvas, soberbio panorama que se ha quedado 60 años atrás de mi vida, en esa linda naturaleza donde la vida palpitaba en cada espacio, en el espacio donde corrían los hermosos ríos”.
“Hoy solo veo charcos pestilentes, donde la vida biológica animal es imposible, los árboles llorosos de pie a la orilla de los ríos, seguramente emigraron a otro lado sin haber retornado. La experiencia me ha enseñado, que la vida humana tendrá por destino mucho sufrimiento por la falta de agua, y más tarde la extinción irremediable de la humanidad en relativamente poco tiempo, si no decidimos rescatar al paraíso perdido, un hecho posible del que tenemos capacidad para realizarlo, no hay más elección que unir voluntad y fortalezas para volver a dar vida a nuestra naturaleza, que con indiferencia se nos puede escapar de las manos. Las condiciones sociales son favorables, no aplicarnos decididamente a rescatar la ecología de nuestra región, sería un suicidio colectivo”.
Señala que en Huejutla, actualmente grandes compañeros comprometidos con la vida, inician la constitución de la Asociación civil Huasteca Verde, “simultáneamente por iniciativa, he propuesto la construcción de Tres Represas Hidráulicas, para desarrollar la agricultura en toda la huasteca, y con los recursos obtenidos del pago del servicio de agua en la agricultura y en los hogares, financiar la reforestación de los bosques en toda la montaña alta”.
Concluye citando que todo ello será para garantizar que a las represas no les falte el líquido vital, “la disposición política federal nos es favorable y a nivel estatal seguramente seremos asistidos, pues no existe la menor justificación para no dar inicio al trabajo de rescate de nuestra ecología, con un medio ambiente sano, los huastecos y serranos seremos los arquitectos de una región prospera, en nuestro trabajo y entusiasmo se encuentra el destino colectivo de nuestra región y del mundo”.

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