• Hay una palabra, que solo su mención causa escosor; pareciera insignificante pero esa palabra de seis letras, el contexto que abarca puede ser letal para políticos, funcionarios, presidentes, diputados, ya no se diga candidatos.
• Es generadora de repudio social, bandera de ambiciosos que se han enriquecido, causante de fuertes inversiones y que a pesar de ello no la han podido controlar. Su poder de destrucción se mantiene intacto.
• Tan solo en Huejutla, en gobiernos anteriores le invirtieron algo así como 100 millones de pesos por año y esos esfuerzos solo se apreciaron en las bolsas de vivales porque no se ha construido una solución final y necesaria para controlar ese fenómeno de tres consonantes y tres vocales.
• Desde luego que casi toda la región está impactada pero donde más daño genera es en Huejutla por ser la ciudad con más habitantes.
• Desde al menos los últimos 20 años quizá, ha sido estandarte de supuesta lucha para provocar rechazo social, presión política pero también enriquecimiento de unos cuantos.
• En pro de solución final, esa bandera ha sido levantada también por personas altruistas pero que a pesar de sus esfuerzos para explicar cómo transformar ese daño que se genera todos los días en beneficio para la región, no han logrado convencer tan siquiera a presidentes municipales de esos momentos, que han respondido con el gesto simbólico de la mano extendida.
• Parece mentira que ese algo que todo mundo rechaza, en conjunto pueda hacer tanto daño, sea tán poderoso e incontrolable que en una semana pueda colapsar a la sociedad, como ya ha dejado evidencia, y que pueda tumbar candidaturas.
• Ha sido instrumento lamentablemente de actores políticos sin más conciencia que encolerizar a la sociedad, que han bloqueado abiertamente posibles soluciones, y que siguen en el intento de intimidar para que esa panacea les siga generando las bondades económicas.
• La única forma de terminar con ese fenómeno que cada elección causa estragos es su solución definitiva, ya no mejoralitos.
• El tema de la basura en todas las administraciones ha tenido su impacto, lo más reciente que es de todos conocido es que a cambio de rentar un espacio, se autorentaban también maquinaria en algo así como 8 millones de pesos por mes, y que al finalizar su tiempo como autoridad, pretendieron que siguieran igual y al negarse las nuevas autoridades, no los dejaron tirar la basura en la región, ante lo cual se hace un gran esfuerzo económico para transportar la basura a otro estado a pesar de intentos graves de intimidación, y que sin embargo tampoco es la solución.
• Cuando esa bandera la levanta gente sin escrúpulos en la intención de afectar políticamente, es un atentado a la sociedad, y con bajarles la careta no pasa a mayores, el problema es cuando la indignación es real de vecinos afectados en sus parcelas, afectados en su medio ambiente, en sus escurrideros naturales de agua, eso es lo que en realidad debe preocupar.
• El destino final donde tenga las condiciones de tratamiento de la basura, con maquinaria suficiente para enterrar los desperdicios, y qué mejor sería si dejaran entrar recicladoras en un basurero regional. Esa sería la solución.
