- Veinte Temazcales domiciliarios pone a Apantlazo como comunidad diferente, un alivio con sabiduría ancestral.
Por Moisés Medrano/Zunoticia
Tlanchinol, Hgo.- De acuerdo a datos del INEGI en la localidad de Apantlazol viven 775 habitantes, situada a 1,380 metros de altitud.
Es un pueblo nahuahablante con atención médica del Instituto Mexicano del Seguro Social, a escasos veinte minutos de la cabecera municipal.
Solo dos tienen derecho a atención médica por el seguro social, son en total de 156 hogares.
De estas 147 viviendas, 78 tienen piso de tierra y unos 8 consisten de una sola habitación. 123 de todas las viviendas tienen instalaciones sanitarias, 98 son conectadas al servicio público, 132 tienen acceso a la luz eléctrica.

La estructura económica permite a 0 viviendas tener una computadora, a 2 tener una lavadora y 84 tienen una televisión.
En un recorrido cercano con los habitantes nos reciben mujeres en su mayoría para acercarnos a los temazcales que como referencia obtuvimos como atracción inmediata, porque no funciona como concepto de negocio, sino como uso en casa para curar, para atenderse por una inercia de generación a generación desde sus ancestros.
Llegamos a la comunidad invitados por la regidora Nora Aidhé Luciano, cuyo objetivo es conocer la forma de vida, sus necesidades básicas y sus fortalezas como pueblo con marginación.
Si bien es una localidad agraciada con pavimento, sistema de drenaje sanitario, sus temazcales les dan una connotación única; visitamos algunos domicilios con temazcales de cemento y encontramos uno de barro artesanal.
Manuela Hernández Hernández nos revela que el temazcal es para tres o cuatro personas, ellos lo usan en caso de dolor muscular, resfriado, tos, pies hinchados, mala circulación, entre otros. Dice que antes de usarlo barren al interior donde calientan las piedras, ponen lumbre con buena leña con lo que encienden en el horno de piedra, se cuida hasta que se consume la leña, cuando se va a bañar se retiran los pedazos de madera, se introduce el agua, las personas entran xolotes (desnudos).

Dice que cuando se bañan se van echando agua a jicarazos a las piedras calientes, y con una hierba comienzan a jalar aire, soplan y comienzan a sudar por los poros y sale toda la mugre, si usted tiene dolor en la espalda, las piernas, con esta hierba le soplan al cuerpo adolorido. También esto sirve a una mujer embarazada, se le ponen hierbas y si acaba de parir, también se usa. Dice que como el pueblo es frío por la altura es común que la gente use el temazcal como baño, refiere que, desde los abuelos, bisabuelo o tatarabuelos, esto viene de uso, lo mantienen hasta hoy.
Guillermina Hernández Ángeles nos dice la importancia del temazcal para los habitantes, asegura que también reciben visitas para bañarse con temazcal, que hace tiempo vino una señora de Tampico que traía dolores de pies, hinchazón, que ya había ido a muchos médicos y no encontraban curación, dice la invitó al pueblo y que la señora se vino de Tampico y en Huejutla tomó combi hasta llegar, que se quedó de tres a cuatro días en su casa, le pusieron el temazcal, hierbas curativas para su hinchazón, se bañaba con hojas y se le fue quitando la enfermedad hasta desaparecer.
Obligaba estar dentro del temazcal para conocer el concepto, compañeros participan en el ritual con una experiencia en servicio del horno de barro que a altas temperaturas se hace la sauna, con una cubeta de agua y una rama de hierbas pasa una y otra vez el aleteo que arroja aire y vapor de agua, aguantar dentro y mantener la tranquilidad mientras el proceso natural del impacto de calor por vapor y líquido hacen lo suficiente, tras que las piedras fueron calentadas con abundante leña.
Apantlazol es una comunidad genuina con sus temazcales, abierta a ser considerada una opción de desarrollo económico local nos dice la regidora Nora Aidhé Luciano; explica que la gente cuenta con su sabiduría ancestral, con su propia cosmovisión legítima que solo requiere su proyección para darles valor agregado con asesoría y respaldo.
Dice lleva un cercano trabajo con las comunidades, explica que ella cuenta con un espacio de atención comunitaria, que como regidora mantiene el contacto con cada comunidad. “Hemos construido una bonita amistad y en base a esa naturaleza de ser ciudadana de Tlanchinol es que trabajamos día y noche para despertar al pueblo y darles el empujón necesario para encontrar de su causa natural un efecto social que les permita vivir de ello dignamente”.