Por Ángel Silverio/Zunoticia

San Felipe Orizatlán, Hgo.- “Queridos hermanos y hermanas, no perdamos la paz, en palabras del Papa Francisco, la paz se puede construir si empezamos a estar en paz con nosotros mismos y con quien tenemos cerca, quitando los obstáculos que nos impiden cuidar de quienes se encuentran en necesidad y en la indigencia”.

Indicó el padre Gregorio Hernández, al dar su mensaje a la feligresía en estos tiempos difíciles que se viven, mencionando, que por tanto, necesitamos eliminar de nuestro corazón y de la Iglesia las nefastas sugestiones del poder y del dinero, -“Para limpiar el corazón, necesitamos ensuciarnos las manos, sentirnos responsables y no quedarnos de brazos cruzados mientras el hermano y la hermana sufren”.

En su mensaje, dijo, -“Dichosos los que tienen hambre y sed de justicia, porque serán saciados, esta bienaventuranza habla de hambre y sed de justicia pero, ¿Qué quiere decir hambre y sed de justicia?, no es la sed de venganza, tampoco es sólo el dolor de los pobres y de los oprimidos, que Dios conoce bien y que no le es indiferente, se trata de la justicia que viene de Dios, de esa inquietud, de ese anhelo que está presente en lo más hondo del corazón, aún en el corazón del más corrupto y alejado del señor y que San Agustín nos recuerda cuando escribe, para ti nos has hecho, Señor, y nuestro corazón está inquieto hasta que no descanse en ti,  es la sed de bien, de verdad, que el mal no puede borrar”.

Añadió, -“De acuerdo con el Papa Francisco, la paz no es solo ausencia de guerra, sino vida rica de sentido, configurada y vivida en la realización personal y en el compartir fraterno con los otros, entonces esa paz tan ansiada y puesta siempre en peligro por la violencia; el egoísmo y la maldad, se convierte en posible y realizable, en la encíclica Fratelli Tutti, el Papa Francisco nos ha dicho, en muchas partes del mundo se necesitan caminos de paz que lleven a la curación de las heridas, se necesitan artesanos de la paz dispuestos a iniciar procesos de curación y de encuentro renovado con ingenio y audacia”.

Finalmente, el padre Gregorio Hernández, pidió a la población, -“Que reine la paz en el corazón de los hombres y en las familias de nuestra cabecera parroquial y municipal y en todo el mundo, necesitamos paz, Señor, pero no como la da el mundo, sino como la das Tú”.