Por Salvador Altamirano/Zunoticia
Yahualica, Hgo.- Emplazado en la cima de una meseta, en las estribaciones de la Sierra Madre Oriental, rodeado de un caudaloso río, se encuentra el pueblo de Yahualica, considerado por sus pintorescos atractivos geográficos, su relevante historia prehispánica y un mosaico de costumbres y tradiciones, “la alhaja turística escondida del Estado de Hidalgo”.
Y efectivamente, el poblado se halla semi escondido en una elevación casi cuadrada, con la base rodeada por estrechas planicies que de manera paulatina se tornan en elevadas serranías, por lo que resulta evidente su función defensiva en la antigüedad, en donde el Señorío de Metztitlán, según crónicas, tenía una guarnición con números guerreros, ya que era la frontera de las regiones Sierra y Huasteca.

Una huella indeleble de su importancia precolombina son el grupo de cues, aún no explorados, de Xuchitlán, (lugar de las flores); así como los elementos (teteyotes), que exhibe el Museo Comunitario Iljuikajtlachiyalistli (Observador del cielo), consistentes esculturas antiguas labradas en piedra monolítica, las cuales fueron encontradas enterradas.
Yahualica es un pueblo, casi escondido entre serranías y de difícil acceso, que se caracteriza por una interacción de elementos sociales, históricos, culturales y arqueológicos, aspectos comunes que pertenecen al mismo conjunto regional.
Son otros de los atractivos turísticos del pintoresco Yahualica, la parroquia de San Juan Bautista edificada en el Siglo XVI, en el año de 1569; el balcón, un mirador natural y espectacular ubicado en el extremo norte de la meseta, donde existe un “sitio de poder”, hasta donde llegan curanderos y brujos para realizar ritos de curación y, hasta, para inducir la maldad.